¿Qué es lo mejor en San Valentín? ¿Ser original o ser clásico?

¿Qué es lo mejor en San Valentín? ¿Ser original o ser clásico?

Y tu, ¿eres de los que se arriesgan o prefiere lo de siempre?

Ser atrevido y sorprender a tu pareja con algo novedoso, o tal vez lo de siempre. ¿Qué prefieres para celebrar San Valentín?

Se acerca San Valentín. Besos, amor, buenas palabras, ojitos, miradas tiernas… ¡Ah, el amor! Claro que hay infinidad de maneras de expresarlo… y también de festejarlo. Sí, la que estás pensando ya la sabemos todos. Es el fin, sin lugar a dudas, pero antes habrá que trabajárselo, ¿no? Ahora, ¿cómo lo hacemos? ¿Como siempre, o tal vez arriesgamos un poco más este año y tiramos por el camino de la originalidad?

¿Qué es lo de siempre? Vamos a ver: una película, una buena cena y después lo que estás pensando si eres hombre. Sí. Lo sabemos. Es el fin, insistimos. Lo de toda la vida: una mesa en un restaurante a la luz de las velas, caricias por aquí, piquitos por allá, miraditas, y que salga en sol por Antequera. El plan de toda la vida. Y el final, también, el de toda la vida, el que todos conocemos. Tampoco es que estemos descubriendo América, ¿verdad?

confetti corazones

Pero ¿no te cansa ese plan? Vale, de lo del final nunca te cansas, lo sabemos. Eso no cansa a nadie. Por eso, ¿por qué no eres un poco más original y sorprendes de verdad a tu pareja con algo que no se espera? Porque seguramente lo que no se espera es que te descuelgues el día de San Valentín celebrándolo cuando sabe de sobra que tú no eres de celebrar estas cosas ni harto de vodka. Que lo sabemos, que tú no eres de celebrar estas cosas. Que si esto es una cosa comercial, que no va contigo, que si tal, que si cual…

¿Sabes cómo se le llama a eso? ORGINALIDAD.

Ser original es una cuestión de imaginación, de conocer todas las posibilidades que existen a tu alcance para ofrecer a tu pareja un San Valentín único. Tampoco se trata de que te la lleves a ver auroras boreales en Islandia o en Finlandia —aunque, si te sobra el dinero, por qué no—, sino de crear la atmósfera propicia para crear un San Valentín único. O lo que es lo mismo: original.

En lugar de un restaurante, que es el plan tradicional, al que se suele recurrir siempre, ¿por qué no celebrar la cena en casa? Unas velitas, unos globos en forma de corazón en forma de confeti por aquí —sí lo hay, existe—, una música que acompañe o bien la que le guste a tu pareja… Y luego, que salga el sol por Antequera, aunque la experiencia dicta que suele salir siempre por allí porque estas cosas acaban siempre igual. Y no hace falta que te expliquemos cómo, ¿verdad?

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En definitiva, se trata de acrecentar la complicidad y de celebrar una fecha bonita de una manera original. Y puede que sí, que en principio puedas ser un poco reaci@ a celebrar algo como San Valentín. Luego te pones a pensar fríamente y dices ¿por qué no? Total, es un día al año… Aunque te volvemos a recordar, y lo haremos las veces que hagan falta, que San Valentín también se celebran los restantes días del año. Es más, ¿por qué no sorprender a tu pareja en cualquier otro momento del año con una decoración acorde con el momento. Y sí, el final será el mismo. Siempre será el mismo si es lo único que te preocupa.

Así que tú decides: este San Valentín, ¿quieres ser original o clásico? ¡Y no pienses sólo en el final!