Confeti para carnaval. Una tradición unida.

Ya se acerca el carnaval, y con él, la explosión de colores, risas y disfraces que llenan las calles. En medio de esta fiesta, hay un protagonista que nunca pasa desapercibido: el confeti.

Este pequeño, pero significativo elemento simboliza la alegría y la libertad que caracterizan al carnaval, convirtiéndose en un emblema de la diversión en estas fechas tan especiales. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué el confeti es tan esencial en estas celebraciones? ¿Cuál es su historia y cómo llegó a ser un elemento indispensable del carnaval?

confeti para carnaval

Confeti y Carnaval son términos indisolubles. Pero… ¿desde cuándo? Una cosa está clara: se sabe que ya en el siglo XII se utilizaba un confeti un tanto más rudimentario que el que conocemos ahora. ¿Desde cuándo se usa el que usamos ahora? La culpa la tiene el dinero. O más bien, su ausencia, que agudiza el ingenio. Ahora verás por qué.

El origen del confeti es muy antiguo y se puede decir que son varios los que existen. Como tal ya se conoce algo parecido en China hace 5000 años. En aquella época se cultivaban rosas con el fin de usar sus pétalos para lanzarlos al paso de los emperadores. ¿Sólo en China? Pues no, porque también en la Europa de la Edad Media se utilizaban pétalos de flores para agasajar a reyes y nobles. Por aquella época existía la costumbre de tirar el arroz en las bodas, aunque también se cree que fue en Oriente, probablemente en la India, donde surgió esta tradición.

Después fue en Nueva York, cuando la Bolsa rompía récord tras récord, cuando comenzó la moda de tirar al aire los cartones sobrantes de las operaciones para celebrar que habían sido un éxito. De esta manera se extendió por la ciudad la manera de celebrar las buenas noticias.

¿Y en Carnaval? ¿De dónde viene la querencia de lanzar confeti en estos días?

Para empezar, el carnaval tiene un origen pagano. Surgió hace más de 5000 años. Entonces, los campesinos celebraban fiestas para ahuyentar a los malos espíritus y se pintaban la piel con ese propósito. La tradición continuó en la Antigua Grecia y la Antigua Roma; y ya fue con la expansión del cristianismo cuando la fiesta adquirió el nombre con el que la conocemos ahora, carnaval, vinculándose al inicio de la Cuaresma.

Desde entonces quedó instaurado como el periodo de festejo antes de las largas semanas de abstinencia hasta la Pascua. Desde entonces, el carnaval ha pasado por épocas en las que fue prohibido, por lo que algunas de las tradiciones asociadas han ido cayendo en el olvido, aunque la fiesta ha conseguido sobrevivir hasta la actualidad. La del confeti es una de ellas.

Se sabe que las personas adineradas tenían por costumbre lanzarse unos pequeños dulces durante sus celebraciones. Al menos así ocurría en Italia allá por el siglo XII. Aquellos dulces estaban hechos a base de almendras y azúcar y se conocían por el nombre de confites.

Confeti bodas

Ese uso se mantuvo con el paso del tiempo, aunque la gente común, que bastante tenía con echarse algo de comer a la boca, no podía arrojarse aquellos dulces porque lo consideraban una afrenta. De haber podido, ¡se los hubieran comido! Claro que algo tenían que arrojarse para celebrar el Carnaval. ¿Solución? Trozos de papel. No se come y es más económico. Pura lógica, ¿verdad? y ahora también biodegradables.

Lo que sirvió a un avispado ingeniero italiano llamado Enrico Manglili para sacarse un dinero comercializando papel en el Carnaval de Milán. Eso ocurrió a finales del siglo XIX; y el papel lo obtenía del que usaba para criar gusanos de seda.

Con el tiempo, el confeti empezó a usarse para muchas más cosas que el Carnaval. Para celebrar el fin de año, por ejemplo, como hicieron por primera vez en París en 1891. Después, ese confeti lo refinaron y decidieron presentarlo de manera mundial para que todo el mundo pudiera utilizarlo en sus fiestas.

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Ahora, es el desmadre. El confeti se puede lanzar a puñados o bien con máquinas especiales que montan la de Dios, de tal manera que nadie queda a salvo de una lluvia de papeles de colores. Y también junto con serpentina, para darle un toque más chulo.

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